Años atrás me llamó el nieto de un cliente que confió en mi abuelo hace más de 70 años. Fue muy sincero diciéndome que mantenían los seguros con nosotros, tanto los de la empresa como los de la familia, porque su padre y su abuelo valoraron que siempre habíamos estado a su lado. Ahora que la decisión estaba en sus manos, quería saber si esta cercanía e implicación permanecerían, a pesar de los cambios constantes a los que todos estamos sujetos cada día. Como su abuelo, no quería confiar la tranquilidad y seguridad de su familia a cualquiera.
Esa llamada me hizo ver el principal valor de Ferrer&Ojeda: cuidar a las personas y a las empresas que confían en nosotros, y lo importante que es estar a su lado en los momentos en que realmente nos necesitan.
Actualmente, sigo manteniendo una buena relación con ese cliente que un día me llamó y me hizo reflexionar. Reflexionar sobre la relevancia de lo que habíamos hecho y lo que nos quedaba por hacer. Descubrí que, gracias a una constante suma de esfuerzos y la creación de un gran equipo de personas, Ferrer&Ojeda había hecho realidad una ilusión que empezó hace mucho tiempo, en manos de nuestros abuelos y los clientes que siempre confiaron en ellos.
LLUÍS FERRER
PRESIDENTE
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